Como surge la idea de “Somni d’una trompeta”

Luis González, gran persona, trompetista y gran amigo. Yo creo que fui uno de sus primeros alumnos cuando él estuvo de segundo trompeta en la Orquesta Sinfónica “Ciutat de Palma”.

Cuando tuve mi primer período con la distonía focal de embocadura hace unos 25 años, él no pudo ayudarme pero me buscó el camino a la solución. En mi recaída hace unos 7 años, que me llevó a dejar de tocar para siempre, Luis fue la persona que me rescató, me salvó, y me hizo volver a la vida y a la música.

Me acuerdo perfectamente de las palabras que me dijo el día que fuimos a cenar juntos. Él había venido a tocar de solista a la Banda Municipal de Música de Palma, dónde yo había pasado a tocar el piano y la percusión por un tiempo. Me vio y me dijo que le gustaría ir a cenar conmigo. Durante la cena, me miró y me dijo: “No puede ser que una persona como tu esté en esta situación, hace 20 años no pude ayudarte porque no sabía que te pasaba, pero ahora sí que lo se. Si te queda algo de fuerza en tu interior, vamos a intentarlo juntos porque estoy seguro que lo vamos a conseguir”.

En pocos meses él consiguió poner de nuevo en funcionamiento mi mente, y con toda la experiencia de la primera vez, su forma de explicar las cosas, su paciencia, con trabajo y constancia, todo empezó a colocarse y a volver poco a poco a la normalidad.

Un día, en su estudio de Barcelona, mientras estábamos trabajando juntos le comenté que necesitaríamos empezar a pensar en algún objetivo a corto o medio plazo para seguir trabajando y mejorando, pero con una meta en mente. Él me miró y me dijo que mi objetivo era muy claro, “Bernat tienes que grabar un disco, necesitamos que tu forma de tocar y tu sonido queden grabados para siempre. No toques conciertos, graba la música que te guste, que te escriban para ti, un disco para ti, para tu familia, sin demostrar nada a nadie, sólo con tu musicalidad será suficiente”. Me quedé sorprendido y le pregunté, “¿De verdad crees que yo puedo grabar un disco?”. Luis me contestó: “Claro que sí! Lo creo firmemente!”.

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Preparación de “Somni d’una trompeta”